La iglesia de La Almunia de Doña Godina cuenta con una torre que es el único vestigio de la construcción medieval de la Iglesia Parroquial, que fue demolida en el siglo XVIII y sustituida por la actual fábrica barroca.

Está situada en el ángulo izquierdo del presbiterio y tiene estructura mixta, reflejo de su construcción en dos fases sucesivas. El cuerpo inferior data de mediados del siglo XIV, tiene planta cuadrada y estructura de alminar almohade mientras que el cuerpo superior data de 1575, tiene planta octogonal y es hueco para cumplir su función de cuerpo de campanas. Este hecho motivó que se cegasen los vanos del cuerpo inferior que hasta entonces cumplía dicha función.

La decoración exterior es típicamente mudéjar con motivos como esquinillas, zig-zags y cruces de múltiples brazos formando rombos realizados en ladrillo resaltado. Además destaca la presencia de discos y frisos realizados en cerámica, que sufrieron la restitución de algunas de sus piezas en la restauración llevada a cabo en 1960.

Próxima a La Almunia, parece que esta ermita fue la iglesia del antiguo poblado de Cabañas, desaparecida en el siglo XV. El edificio se construyó en el siglo XII y consta de dos naves: una principal, con ábside semicircular cubierto con bóveda de horno, y tres tramos cubiertos con cañón apuntado y separados por arcos tajones apuntados y otra a la derecha, que presenta el testero recto, y comunica sus tramos con los de la nave principal por medio de tres arcos rebajados de ladrillo.

El interés se centra en la decoración de pintura mural, del siglo XIV, y en un alfarje mudéjar. En el ábside de la nave principal, el cascarón aparece decorado con pintura mural y dividido en dos pisos. Sobre la cornisa un Pantócrator inscrito en la mandorla, va rodeado del tetramorfos. En la parte inferior existe un friso, con la Virgen sentada en actitud orante y flanqueada por un apostolado bajo arquerías de medio punto. La nave de la derecha presenta un rico conjunto mural: en la cabecera la bóveda de cañón apuntado queda dividida en cuatro franjas longitudinales a cada lado, decorada con escenas de pequeño formato y calidad narrativa; destacan a la izquierda la Última Cena, el Beso de Judas, el Prendimiento, Cristo a la Columna, la Crucifixión y el Descendimiento; en el muro de la derecha y bajo arcosolios se representan dos caballeros y un alma elevada por ángeles. Todos los conjuntos murales aparecen repicados, para enlucirlos cubriendo las pinturas, que han sido rescatadas recientemente.

A los pies de esta nave y bajo el alfarje mudéjar, existen otros dos arcosolios, con dos conjuntos funerarios de dos mujeres cuyos nombres aparecen en inscripciones y escenas pictóricas. Las fechas de la documentación sitúan la cronología del conjunto mural hacia 1350.

El Museo Parroquial de Arte Sacro de La Almunia de Doña Godina se ubica en el centro parroquial de la Iglesia de La Asunción de Nuestra Señora.

El museo exhibe a lo largo de tres salas una interesante colección de piezas de la parroquia y de la Ermita de Nuestra Señora de Cabañas.

De entre las piezas expuestas destacan dos piezas de gran valor y singular interés: la Cruz parroquial de Cabañas, datada a finales del siglo XII o principios del XIII, y el busto relicario de Santa Pantaria, excepcional pieza de plata realizada en 1544.

Sentirnos como auténticos caballeros y damas medievales hoy es posible visitando esta localidad 'maña'. Un recorrido por sus calles da buena muestra de toda la historia y el arte vividos en esta villa. Paseando por Corazón de Jesús, la avenida principal del municipio, nos encontramos con un verde y frondoso pinar que nos oculta el edificio más antiguo de La Almunia, el palacio de San Juan, declarado bien de interés cultural. En él residieron los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, dedicados a cuidar y proteger a los ciudadanos. Al admirar esta construcción, nos damos cuenta que presiden su fachada dos escudos representativos de sus antiguos ocupantes: el águila, símbolo de San Juan Evangelista; y la cruz blanca, símbolo de la pureza. Si prestamos un poco más de atención, podremos ver que el edificio perdió su tercera planta, una torre defensiva que usaban los caballeros para vigilar los alrededores de la villa y poder ver sus posibles amenazas.

Este palacio no es un edificio corriente ya que, además de tener una función defensiva, tiene un hospital adosado a su espalda. De esta manera, los caballeros de la orden cumplían sus labores de cuidado y protección de los almunienses.